domingo, 24 de enero de 2016

silva en sueños

como cerrojo oxidado de lluvia
no nombres la lluvia, sólo imagínala

empieza el sueño y gateo
mi cabeza y tus piernas
desentierran un triángulo sagrado
era esto, era esto cuando se destruye
tiempo sobre destino

fui un niño arrugando el mapa húmedo
las distancias caían infinitas
mientras te bebo y la lengua olvidaba
los nombres, el espacio, tanta lluvia

no me sacia aquel sueño
no quiebra la infancia ni lo infinito

respiras en tus vasos de cristal
que insistiendo tu mano me amamantaf
lame la oscuridad y muerde los tímpanos
SOlo
lo más parecido que vi a dios
fue el sexo de una mujer
SÓLO

si alguna vez creí en dios
choqué contra la vagina de sed

memoria ida de lunas borrosas
trazo clavos en la línea de puntos
y susurras mis versos permanentes

soy el aprendiz de todos los pozos
si me acunas tan cerca del vapor
abajo, arriba, más bajo, ayer
formando nudo mundo en el espacio
el vello desenvuelto

creo con mis dedos gruesos
todas y cada una de las palabras
que te prolongan en el horizonte
y remo en la herida con mi nariz
como vela, dios resta
ara la nube y deletrea las huidas

como el ojo de aquellas galaxias
la obertura se duerme y mi instinto
aumenta, se yergue, rompe, despierta
¿recuerdas cuando me perdí en tu calle?

nuestros niños dicen que no
¿será el sexo justo a pesar del amor?
que no vive el alma en la carne herida

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